Cada uno usó su imaginación y creó su propio poema. Unos trataban de dragones, otros de caballeros y otros de terribles monstruos que arrasaban pueblos. Las historias fueron escritas sobre papeles, los cuales intentaban ser similares a los usados en la época medieval. Para ello se utilizaron diferentes técnicas, como quemar el papel con un mechero por los bordes o mojar con café el folio, de manera que quedara empapado en café y dejarlo secar al sol, así el folio simulará envejecido.
Para la letra intentamos imitar las caligrafías medievales, escribiendo con plumas o bolígrafos gel.
Otros compañeros dibujaron imágenes que, en general, representaban las batallas de lo leído.
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